jueves, 16 de septiembre de 2010

Lo que un trabajador debe ganar (repuesta al segundo punto de Rothguiesser)

La segunda observación de Hans Rothguiesser se refiere a cuánto debe ganar un trabajador. Hans nos exige definir si pensamos que un trabajador debe ganar solamente lo que necesita para vivir, o debe ganar lo que produce (en cuyo caso, solo queda esperar que produzca lo necesario para vivir, o si produce más que eso, tanto mejor para él).
Parece que si dijéramos que el trabajador debe ganar lo que necesita para vivir, eso sería conforme con la idea de limitar el tiempo de trabajo. Una vez obtenido lo que necesita para vivir, el trabajador no debería continuar trabajando, sino ir a su casa a descansar y a disfrutar del tiempo libre.

Si dijéramos, en cambio, que el trabajador debe ganar lo que produce, parecería que esa respuesta no admite la limitación del tiempo de trabajo. Si Desea trabajar más, porque desea ganar más, no se le debe impedir que prolongue su jornada de trabajo hasta donde le plazca.
Pero, en realidad, faltan otras preguntas, que nos pueden sacar de esa dicotomía:
1)¿cuándo el trabajador gana todo lo que produce, y cuándo le retribuyen solo parte de lo que produce, quedándose la empresa con otra parte, bajo la forma de ganancia?
2)¿qué pasa con el trabajador que no gana según lo que produzca, sino que es retribuido con un sueldo o salario fijo? ¿Acaso este trabajador gana más cuanto más trabaja? De ninguna manera. Cuanto más trabaja esta persona, recibe el mismo salario y, obviamente, el resto queda como utilidad de la empresa.

Las preguntas tienen que ver con la jornada de trabajo. Veamos:
1)Cuando se producen adelantos técnicos que permiten dar saltos en la productividad (como es el caso de la actual revolución informática), lo que significa que los trabajadores pasan a producir mucho más que antes, ¿acaso se les aumenta la retribución proporcionalmente a esa mayor producción (ya que, de hecho no se les reduce la jornada de trabajo, que sería otra forma de compensar el aumento de su productividad), para que, como quiere Hans, continúen “ganando lo que producen”, y no pasan a ganar, en realidad, de manera subrepticia, cada vez menos de lo que producen?
2)Si, como en el caso de la confeccionista que mostramos en el vídeo, el aumento de la productividad se vuelca hacia la utilidad de la empresa y no hacia el trabajador, lo más probable es que, tarde o temprano, ese aumento de la productividad se traduzca en despidos. Y, por otra parte, ese mismo aumento de la productividad se traduce también en un aumento de la composición orgánica del capital, como consecuncia del cual, a su vez, tiende a caer la tasa de ganancia (o sea, a agudizarse la crisis).

Planteado el asunto de esta manera, resulta entonces que la reducción de la jornada está ligada al tema de la acumulación de los excedentes de la producción. Si de verdad los trabajadores ganaran todo lo que producen, no habría tal acumulación de excedentes y no tendríamos por qué reducir la jornada laboral, salvo, por supuesto, cuando individual y libremente cada trabajador decida trabajar menos, porque así le viene en gana.

Vayamos entonces al tema de los excedentes, aunque aquí es donde Rothgueisser dice que el ”rollo marxista” no es admisible. Admisible o no, tenemos que tratar el tema, porque de ello depende todo.
Pero de eso no ocuparemos más adelante.

No hay comentarios: